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planificación estratégica, con el objetivo de instalar a la Argentina entre los mejores del mundo. En el medio de estos 120 año hubo mucha gente que participó, muchos jugadores que dejaron su tiempo, sus trabajos y a sus familias para abocarse especialmente a esto, y hoy podemos ver los resultados de todo este esfuerzo”, afirma Marcelo Rodríguez, actual presidente de la UAR.
Toda búsqueda de mejora demanda un aprendizaje. Durante ese proceso, Los Pumas han sido muchas veces castigados por acumular “derrotas dignas”. Pero Rodríguez parece tener claro los objetivos verda- deramente importantes. “Supimos aprender de lo que se hacía bien en el resto del mundo y adaptar ese conocimiento a nuestra propia realidad, la cual está basada en los clubes, algo que tiene una riqueza in- calculable y es único en el mundo. Aprendimos de nuestros propios errores, nos caímos muchas veces, sufrimos derrotas duras. Pero supimos transformar eso en algo positivo; nos levantamos cada vez, y buscamos aprender en lugar de sentirnos frustrados y abatidos, seguros de que los avances llegarían.” Claro que queda mucho por aprender. Según Rodríguez, el tratamiento con los clubes es y será la piedra fundamental del éxito: “Tenemos mucho que mejorar. Creo que estamos recién en una etapa preliminar del desarrollo de nuestro juego y de nuestra institución. Debemos profundizar mucho en la capacitación, en la manera que nosotros podemos transferir a los clubes amateurs el aprendizaje obtenido en los torneos profe- sionales en los que participamos; debemos estar aún más cerca de los clubes y en forma más eficiente, para ampliar la cantidad de jugadores y entrenadores, y seguir mejorando la calidad. Es un gran desafío en el que confluyen tanto lo dirigencial como lo técnico.”
Este año se disputará el Mundial de Rugby en Japón y Los Pumas tendrán una primera zona muy com- plicada de sortear, con potencias de la talla de Francia e Inglaterra. La vara está cada vez más alta. Pero lo importante será dejar los triunfalismos de lado y entender que cada día el rugby argentino gana nuevos partidos en su propio Mundial, el de alcanzar la elite en todos los niveles que este deporte ofrece, bajo los mandamientos de un proyecto serio y a largo plazo que debería ser modelo para otras asociaciones.