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E l 15 de diciembre de 1978, el astillero Wärtsilä (de Helsinki, Finlandia) entregó a la República Argentina el rompehielos Almirante Irízar, que en 1979 recibió el Pabellón Nacional donado por la empresa Tandanor S. A. Desde entonces, es operado por la Armada Argentina, participa año tras año en el abastecimiento
de las bases antárticas de nuestro país y de otras naciones, y es el buque insignia de la Fuerza Naval Antártica. Durante la guerra de Malvinas, integró la Fuerza de Tareas 40, junto a los destructores ARA Santísima Tri- nidad, ARA Hércules y otras naves. El 2 de abril de 1982, el ARA Almirante Irízar participó en la Operación Rosario, de recuperación de las islas. El 3 de junio, se dispuso transformarlo en buque hospital, y funcionó como tal hasta el nal del conflicto.
Extensa es la historia del ARA Almirante Irízar (RHAI) como buque de rescate y de reaprovisionamiento de las bases antárticas. Normalmente, desde mediados de la primavera y hasta el otoño, el RHAI participaba de las campañas utilizando la Base Naval Ushuaia como punto de partida para dirigirse a las bases que nuestras Fuerzas Armadas poseen en el Continente Blanco, llevando provisiones, recogiendo los residuos y trasladan- do al personal de recambio.
Finalmente, llegó el fatídico martes 10 de abril de 2007. Cerca de las 19:00 h, se declaró un incendio en la sala de generadores, cuando la nave –que volvía de la campaña antártica 2006-2007 con 241 tripulantes a bordo– estaba a 140 millas náuticas (260 km) de Puerto Madryn, Chubut.
Desde entonces, el Estado debió utilizar buques, aviones y helicópteros extranjeros para poder cumplir con las sucesivas campañas antárticas, salvo en la última, que se realizó con medios propios.
El siniestro destruyó primero el sistema de energía (del que dependía el dispositivo de extinción principal) y el hangar donde se encontraban dos helicópteros Sea King. Por estos motivos, al descontrolarse el fuego, su comandante se vio obligado a ordenar la evacuación total. Posteriormente, se procedió al rescate de los náufragos de las 32 balsas salvavidas; se reportaron solo cuatro heridos leves y ninguna víctima fatal. Luego, el buque fue remolcado a la Base Naval Puerto Belgrano, y allí comenzó otra historia.