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REPARACIÓN Y MODERNIZACIÓN
El consorcio argentino-español Sener proveyó la ingeniería, pero la obra entera se hizo en Tandanor bajo la gerencia del proyecto Irízar, conducida por el ingeniero naval Raúl Ramis y el jefe de obra e ingeniero naval Juan Martín Saá, junto a todo un equipo de profesionales.
En agosto de 2010, fueron retirados los motores. De esta manera, concluyeron las once etapas del desguace de las zonas afectadas que se habían previsto, con un total de 870 toneladas retiradas.
Se esperaba que la Armada pudiese operar de nuevo el Irízar en la campaña antártica de 2015-2016, pero los trabajos se extendieron más allá de las reparaciones y se incorporaron modi caciones importantes en la nave. Las tareas de reparación y modernización incluyeron, entre otras, la reconstrucción de la habitabilidad del buque en su totalidad. Se logró llegar a 203 locales –un espacio similar al de un edi cio de ocho pisos com- pletos– y ampliar la capacidad para transportar pasajeros con menor necesidad de tripulación: se pasó de 250 a 313 personas.
El área dedicada a laboratorios de investigación, que era de 74 m2, ahora totaliza 415 m2; es decir, es seis veces más grande que en su con guración original. De este modo, se le ha otorgado una mayor capacidad a ese sector, que contaba con un solo laboratorio y ahora dispone de ocho totalmente equipados con tecnolo- gía de última generación. También se logró reacondicionar a nuevo el área médica, conformada por una sala de terapia intermedia, una sala de terapia intensiva, un quirófano, un consultorio odontológico y un centro de rehabilitación para hipotermia aguda.
Asimismo, al buque se le instalaron 683 equipos de todo tipo, como los de la planta propulsora, los motores, los generadores y los radares que, a medida que se fueron terminando las tareas, debieron recibir certi ca- ciones internacionales del sector, que funcionan como una suerte de habilitación nal. También se amplió el
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