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EL AUTOMÓVIL CLUB ARGENTINO
Asistencia perfecta
Hace 115 años, casi con la llegada del auto a la Argentina, se fundó el ACA. Con fuerte presencia en todo lo concerniente a la actividad automovilística, es hoy una organización modelo que vela por el desarrollo y la seguridad vial de todo un país.
Por Lucas Argüelles
Fotografías: gentileza Prensa ACA
Para hablar de los inicios del Automóvil Club Argentino hay que remontarse a los primerísimos años del siglo pasado. En aquella época, los novedosos autos se habían transformado en los nuevos chiches de la aristocracia porteña. Alrededor de 3.000 autos circulaban por las calles de la ciudad, captando la atención de la gente a su paso. La zona de Palermo, con sus amplias avenidas y espacios verdes, fue el escenario natural para que aquellos primeros automovilis-
tas se reunieran periódicamente para discutir sobre este nuevo y fascinante modelo de locomoción.
En ese grupo se encontraba Dalmiro Varela Castex, quien había vivido en Europa durante varios años y quien en 1892 había sido uno de los primeros en traer un auto motorizado a la Argentina, puntualmente un Benz con propulsión a caldera. Con el objetivo de reunir a entusiastas automovilistas, convocó a un grupo de amigos y conocidos, quienes terminarían fundando esta nueva institución bautizada como el Automóvil Club Argentino. Eduardo y Dalmiro Varela Castex, Félix Álzaga Unzué, Alfredo T. Fernán- dez Torres, Carlos De Álzaga, José Pacheco Anchorena, Alfredo Tornquist, Horacio Anasagasti , Juan Drysdale, Ubaldo Sívori, Eury Thompson y Antonio De Marchi se reunieron un 11 de junio de 1904 en la Sociedad Hípica Argentina y así dieron comienzo a la historia. Su primer presidente fue, lógicamente, Dalmiro Varela Castex. Tanto él como los otros integrantes de la comisión viajaban frecuentemente a Europa, desde donde traían ejemplos del funcionamiento de entidades similares. La primera sede del club estuvo en la calle Rodríguez Peña 178.